Extrañaba volver, y la vida sucedió en un instante
martes, 1 de enero de 2013
El retiro
La veo subir cuesta arriba con su vieja bicicleta de paseo. Lleva una chaqueta de lana basta a rayas del tipo peruano y un gran bolso amarillo de tela terciado en la espalda.
En el esfuerzo, su pelo ondulado se le viene a la cara.
Ahora corre limpia por el olivar bajo este sol deslumbrante y espléndido del frío invierno.
Viene canturreando seguramente desde la ciudad; esa ciudad provinciana que se despliega perezosa y dominguera al fondo.
Sortea los terrones que han quedado en el camino después de las últimas lluvias. Solo dos ruedas para tanta responsabilidad.
En el zurrón trae las medicinas que necesita este corazón roto.
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