Extrañaba volver, y la vida sucedió en un instante

martes, 1 de enero de 2013

ME GUSTA COMO HUELE

Como los niños chicos abro los ojos en la noche para asegurarme que está ahí. Que su respiración sigue batiendo el vello de mi cuello y que el peso de su brazo tortura levemente mis costillas. Que es su mano la que agarra la parte baja de mi pecho. Me rebullo y nos giramos los dos hacia el otro lado, jugando a los trenecitos. Como imanes nuestros cuerpos se vuelven a acoplar, enroscando todas las piernas de nuevo. Con la mano liberada lo acaricio. Me gusta su cuerpo, el sabor de su piel, su color, la anchura de su espalda, el hueso de su cadera. Me gusta como huele. Mi sitio en el mundo es este, el hueco de su brazo. Y ya tranquila, animo el pie con su roce y me muero un poco, me hundo y me abandono.

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