Extrañaba volver, y la vida sucedió en un instante

martes, 1 de enero de 2013

LA TUMBITA

Un día adopté una tumbita del cementerio. Le puse por nombre Miguel y celebré los funerales por el hijo que no tuve. La sicóloga me comentó que me dejara de cuentos y funerales fantasiosos. Se me había muerto la madre y nunca había tenido un hijo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario