Extrañaba volver, y la vida sucedió en un instante

martes, 1 de enero de 2013

VIOLONCHELO

Se acostumbró a que él se llegara a visitarla con cualquier excusa. El ruido del traqueteo de su bici en el empedrado de la calle ya le hacia sonreír y la excitaba. Cuando lo reconocía entre el trafico, volando con su bicicleta entre los coches y con su violonchelo encaramado a la espalda, siempre se acordaba de las noches tibias en las que su propia mano iba recorriendo esas vértebras ahora tan castigadas. Sus piernas fuertes de pedalear y siempre bien depiladas aprisionaban el chelo después de hacerle el amor por las tardes. Le producía ternura este hombre y también le era extraño, ¿quien será Rostropovich?. Ahora ya no encuentra la manera de quitar las rodadas de las llantas del parquet de su pasillo, ni donde meter este instrumento musical tan grande que le ocupa medio apartamento. Va siendo hora de aprender a montar en bicicleta, se recuerda.

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